Hecho en México. Los mexicanos tenemos un ingenio y un sentido del humor únicos, a veces difícil de comprender por otras culturas y sociedades. A toda situación le ponemos el toque de humor y aún en medio de las peores tragedias, no tardamos en sacarle el chiste, el meme, el sarcasmo.
Somos apapachadores, muy dados a los abrazos y al contacto físico. Musicales, alegres, y aún cuando hay muchos oportunistas y trepadores, somos internacionalmente reconocidos como gente solidaria y siempre dispuesta a dar la mano.
Llenos de virtudes que, en ocasiones, se han visto empañadas por imágenes o campañas que más que graciosas son lamentables y ofensivas. Como la clásica imagen del hombre durmiendo envuelto en su colorido gabán, tapado con el amplio sombrero y recargado en un cactus.
Nada de que “ahí se va”.
Otra lamentable imagen que fue muy popular por mucho tiempo, era la del distintivo oficial de “Hecho en México” al que le cambiaron las letras y le pusieron “Ahí se va”.
Después, hubo una campaña para cambiar esto, y tenía una canción que decía: “Nada de que ahí se va, nada de que a mí qué, vámonos respetando, todo hay que hacerlo bien”. ¿Alguien la recuerda? ¡Seguro que hasta la leíste cantando!
Y sí, me encanta y me entusiasma el tema, la tonada y el concepto. “Vámonos respetando, todo hay que hacerlo bien”.
Haz lo ordinario de manera extraordinaria.
No se trata de hacer milagros o algo fuera de este mundo, sólo se trata de hacer las cosas ordinarias… ¡pero hazlas extraordinariamente bien!
Que cuando los demás vean tu obra, sea cual sea tu giro, producto o servicio, sepan a primera vista que lleva tu sello, tu firma, tu estilo.
Que no te importe que los demás lo hagan al estilo “ahí se va” o lo dejen para luego… Tú haz lo tuyo, pon el ejemplo de que eres un hacedor de calidad.
Y cuando alguien te pregunte “¿Por qué haces todo con excelencia?”, tu respuesta sea “Porque es la única manera en que sé hacerlo”.
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