Cuando pienso en DAR, lo relaciono con “Disfruta Al Repartir”, y automáticamente se dibuja en mi rostro una sonrisa. Vuelvo a sentir satisfacción y alegría en el corazón al recordar algunas ocasiones en que he tenido el privilegio de ser quien reparte algún regalo, algún detalle, algún beneficio que, por pequeño que sea, provoca que quien lo recibe se sienta contento.
En algunas ocasiones, por iniciativa propia, me tocó preparar y repartir bolsitas con dulces en la posada de Navidad, o en la celebración del día del niño. También preparé, junto con un par de amigas, tamales para repartir en la tradicional celebración de Día de muertos. En otros momentos, también he salido a repartir despensas, por el simple placer de hacerlo.
Es tan gratificante ver el brillo en los ojos de quién recibe el detalle, ver su sonrisa, percibir que se sienten contentos, que ese es el verdadero sentido de DAR, por eso es que pienso que DAR significa Disfruta Al Repartir.
Quizá es por eso que Santa Clos ríe tan feliz cuando reparte regalos cada Navidad. Él entiende el placer de DAR.
Dar como símbolo de agradecimiento.
A veces damos algo con la esperanza de recibir algo a cambio. Y creo que también eso es correcto. La ley de la siembra y la cosecha funciona de manera infalible. Siempre llega el momento de cosechar lo que siembro. Ya sea tiempo, amor, algo material, apoyo espiritual… Lo que sea. Por eso es importantísimo poner atención en la semilla que se siembra.
Más allá de la cosecha, la que sé que llegará en el momento correcto, mi mayor motivo para dar es por agradecimiento.
DAR es una manera de agradecer el haber recibido algo de manera más que suficiente, que me da la oportunidad de repartir.
DAR es agradecer estar en la posición de quién puede ayudar en vez de ser quien necesita ser ayudado.
DAR es agradecer que tengo la capacidad de hacer algo para que alguien más se sienta agradecido y contento.
DAR es reconocer que mi vida es bendecida para repartir y ser canal de bendición.
[…] Source link […]