“¿Por qué Dios me ignora?” le dijo con tristeza y frustración aquel hombre a su amigo, mientras tomaban un café en la banca del pasillo del centro comercial, en el que yo esperaba mi turno para hacer el pago de un servicio.
Escuchar la amargura del hombre mientras hablaba con su amigo, provocó en mi corazón el deseo de ayudarlo de alguna manera, pero me contuve. Nada me daba derecho a entrometerme en los asuntos de un perfecto desconocido.
La fila para hacer mi pago era larga y lenta. Lo que me dio suficiente tiempo para escuchar la plática y observar el lenguaje corporal de ese par de amigos.
La postura corporal influye en la postura emocional.
“Todos los días le pedí al cielo que me dieran el cargo como director del proyecto, pero yo sabía que se lo darían al engreído y petulante del sobrino del gerente”
Mientras el hombre hacia este comentario, estaba encorvado, apoyando los antebrazos sobre sus piernas, mientras sus manos jugueteaban con el vaso desechable, ya casi vacío, del café que estaban bebiendo. Con la mirada perdida en el piso y una mueca sarcástica que intentaba ser una sonrisa, continuó hablando.
“Yo soy el empleado con más antigüedad en la empresa, he estado en los momentos más difíciles, siempre fiel como un maldito perro, no cuestiono, no discuto, simplemente observo y obedezco… ¿Por qué no me dieron a mí el puesto?”
Las palabras son poderosas. Ten cuidado con lo que dices.
Sumido en la desilusión y conservando la postura de derrota, aquel hombre guardó silencio mientras seguía jugando con el vaso desechable. Repentinamente, el vaso saltó de sus manos, la tapa salió volando y, el poco café que aún le quedaba, fue a dar justo a su ropa, dejando una evidente mancha en su camisa y pantalón.
“¡Maldita sea!” Exclamó al tiempo que se levantaba con un rápido movimiento. “Todo me sale mal. Siempre me sucede esto. Nada funciona como quiero. Tal parece que Dios se ríe y se burla de mi todo el tiempo.”
Después de observar sus reacciones, su postura y escuchar las palabras que usa para describirse y describir su vida, es fácil entender por qué no le dieron el cargo de director del proyecto.
Y tú ¿cómo te estás describiendo?
[…] un excelente empleo, y un sueldo generoso. Entonces ¿por qué no se veía realmente feliz?No dudé en preguntárselo directamente y su respuesta fue, con voz nostálgica, […]